viernes, 12 de marzo de 2010

ELENA CARICATI PENNELLA y LITURGIA DEL ABISMO [1]


“Atroz belleza” es el oxímoron [2] que aparece en un poema de Elena Caricati Pennella y tal vez sea la expresión más apropiada para definir su poesía. Los distintos grados de la antítesis rigen estos poemas que se agrupan según el orden de los contrarios –espacio de sombra y espacio de luz–, pero en los que siempre se da la presencia del otro aportando su profundidad, su fondo al cuadro. Y no es caprichosa la relación con la plástica, ya que estos textos, que tejen mundos como el del sueño y la alucinación, son propicios para ser representados por el color y la forma. Algunos han tenido por punto de partida la contemplación de un cuadro, como Incertidumbre, Genocidio y Hermafrodita.
El yo poético, igual que el héroe mítico, desciende a los infiernos para emerger con la gloria de un conocimiento, más allá de los despojos padecidos. En uno de los poemas “luminosos”, Infancia [3], se habla de aprender a callar para que en otro espacio y en otro tiempo surja el poema. Aprender a callar para después aprender a escribir. Sin embargo, en esta escritura no aparecen frases torturadas, sino que las selectas palabras fluyen fácilmente por el cauce sonoro de una medida que tiende a lo regular. En el centro del libro, está la poética y el laboratorio. Se abre con Alquimia, que podemos leer como la descripción del trabajo poético. El yo lírico, en una noche precisa, según lo marca el cielo, en la oscuridad, en el silencio, somete a fervientes transformaciones esa materia prima (la lengua y todo el caudal literario y todos los conocimientos a los que ha tenido acceso y todas sus vivencias) hasta lograr la obra que sale a la luz, “la rosa de pétalos exactos”. El negro, el verde, el rojo son señales de los puntos del proceso. La corneja negra, la rosa o las tablas de Hermes (la Tabla Esmeralda de Hermes Trismegisto) son tomados por la poeta como metáforas de su hacer. Las palabras son cifras, símbolos para nuevas simbolizaciones y la verbalización del espacio vacío se hace poesía. Pero si bien hay un saber en cuanto al oficio de poeta, es un saber hecho de preguntas e incertidumbres, que el yo –en cuanto humano– despliega con honestidad. Y esta duda4y la búsqueda de sentido son lo que más otorga dimensión metafísica a los textos de Elena Caricati Pennella.
Como en la alquimia, en este libro hay pasos. Tal vez el poema Persona sirva de guía para emprender el retorno desde la desnudez a la recuperación de la identidad, a la totalidad después de la fragmentación. Esta poesía, que “no es hojarasca de palabras”, cumple con creces este itinerario que lleva a cabo trasmutaciones e inicia otras bajo la mirada activa del lector.

Isabel Llorca Bosco

[1] Este libro de la gran poeta argentina Elena Caricati Pennella está a la venta nacional e internacional. Solicitarlo a polis_literaria@yahoo.com.ar
[2] Estructura sintácticas formada por dos expresiones de significado opuesto que dan lugar a un tercer significado (generalmente son sustantivos y adjetivos) graciosa torpeza (J.LBorges), música callada (San Juan de la Cruz), resplandor del abismo, maleza suave y podrida (Elena Caricati Pennella) vivir muriendo.
[3] Varios de los poemas pueden leerse en este mismo blog, en la parte de Poesía.
[4] Nos recuerda la incertidumbre de los discípulos de Jesús cuando lo despiertan por miedo a la tempestad (Mateo 8, 22-27)
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Te invitamos a participar de un torneo muy peculiar...

http://loscaballerosdeladamadecristal2.blogspot.com/

Esperamos tu participación.

Saludos
Los Caballeros de la Dama de Cristal